La baja demanda está siendo un lastre para el sector del transporte de mercancías por carretera europeo, ya que esta circunstancia está tirando hacia debajo de los precios del transporte. Esta ha sido la tendencia en el segundo trimestre de 2023, ligada como no puede ser de otra manera a la caída del consumo en todo el continente por la inflación. Se espera que esta debilidad de la demanda, tanto en el consumo como en la contratación de los servicios de transporte, se mantenga como un factor clave en los próximos meses.
El último estudio de IRU, Transport Intelligence y Upply señala que las tarifas de servicios sport han retrocedido en 3,5 puntos en el segundo trimestre de 2023, aunque aún se mantienen 7,5 puntos por encima de las que se registraban hace un año. A su vez, los precios de servicios ligados a contratos de larga duración también presentan un descenso trimestre, si bien en este caso es de 0,2 puntos. En la comparativa interanual, los precios para este tipo de servicios están 2,8 puntos por encima que en el segundo trimestre de 2022.
Esta caída en los precios de los servicios de transporte viene acompañada por una dinámica de altos costes que ahoga a las empresas. El precio del Diésel entre marzo y junio creció de forma moderada -con un aumento mucho más salvaje en verano- y los costes laborales siguen al alza por la escasez de conductores profesionales que hay en todo el continente. Aunque no son los únicos motivos, lo cierto es que en estos momentos la balanza entre los precios del transporte y los costes no es favorable para el sector.
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